Nace Ginés Aniorte en Murcia (1960). En esta ciudad vive y trabaja como profesor. Viajero desde muy joven, ha sabido compaginar vivencias diferentes, cuyo resultado se advierte en su actitud tolerante marcada por el respeto. De su lugar de origen ha heredado las costumbres, y esa humana cercanía, posible en las ciudades habitables, que puede llevar a un mejor entendimiento y profundización de las personas y las cosas. Por esa relación con su entorno habitual, su mirada está impregnada de cálidos paisajes, y del alboroto de una tierra fértil no lejana al mar.
Los comienzos de su escritura poética fueron tempranos. En 1980 apareció el primer libro "Poemas de amor". En este libro inicial ya se advertía que su verso venía de atrás, y aparecía en las páginas sin el temblor de la primera escritura. Podríamos recoger algunos versos de otro libro del autor, "Mientras dure el invierno", donde el poeta expresa: "A decir verdad poeta lo eras al principio/ cuando en los primeros versos temblabas/ de emoción, esos que nunca publicaste". Digamos, sin temor, que Ginés Aniorte es un poeta al que sólo le ha interesado manifestar sus experiencias, a través de una palabra clara y llena de sentimiento. Amparado en su soledad, y alejado de grupos, ha sabido dar consistencia a su voz, con el equilibrio de quien encuentra la vida en el poema. Sus libros han ido desgranando belleza y verdad.
El amor es una constante en la poesía de Aniorte, junto al sentimiento de pérdida, y el deterioro que el tiempo produce. Sin dejar escapar el presente, los momentos de dicha. En otro de sus libros, "Fragmentos", con intención a veces aforística, leemos: "He adoptado la ilusión como única medida de tiempo; no pasan los días, pasan los sueños." Sueños que fueron realidad para el poeta, y han quedado prendidos a su vivir desde el recuerdo; un modo de detener el tiempo tan temido.
Es la poesía de Ginés Aniorte una poesía de claroscuro, de luz y sombra, celebración y pérdida. En "Adivinaciones", el último libro publicado, donde la singularidad de su voz aporta ricos matices, escribe el poeta sobre "el regreso de la luz". Hemos de advertir en sus palabras esa alternancia que anotamos, característica de la propia vida.
La naturaleza está presente en esta poesía, así como el interés por la cotidianidad, iluminada por la palabra, por ese don que acompaña al poeta para encontrar la belleza, compañía inseparable en los poemas de Ginés Aniorte, escritos desde un mundo reflexivo y lúcido.
Los guiños del tiempo, por Dionisia García.Adamar-Revista de Creación (año VI, número 21)
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