Hemos de pedir disculpas a quien corresponda por haber cometido un error, pero no siempre se puede controlar la intención engañosa de ciertas personas. En este caso se trata de una impostora, una persona a quien invitamos a participar en nuestra revista creyendo que se trataba de Amatista, una psicóloga de la ciudad de Viña del Mar, Chile, que es aficionada a la literatura y escribe cuentos. Valiéndose de la homofonía que presentan sus nombres, la bruja Ama, perteneciente a la dinastía de los Tista, famosos por sus aquelarres maléficos, se presentó a solicitarnos un espacio en nuestras páginas y en verdad que de buena fe se lo dimos. Pero la hemos descubierto. Habíamos decidido expulsarla por su deshonestidad, pero nos dio tanta lástima su condición de apátrida, que hemos decidido acogerla, porque ni sus pares la quieren recibir por tratarse de un personaje torpe y fracasado: su madre nunca la quiso por fea, ya que no tiene la nariz grande y ganchuda hacia abajo sino, pequeña y torcida hacia arriba, y por haber nacido con una patología muy rara entre los brujos: Carece totalmente de astucia y habilidad para realizar maleficios, lo cual equivale a haber nacido sin pigmentos en la piel para protegerse de los rayos solares. Ah! Y lo peor: en lugar de escoba lleva consigo un notebook. En verdad nos dio mucha pena sus lágrimas y sus pucheros cuando nosotros la encaramos y le hicimos saber que estaba expulsada. Ya casi se retiraba cuando le dijimos que regresara, que podía trabajar entre nosotros cuidando un área del bosque y escribiendo sus mediocres narraciones para la revista. Así es que, desde ahora, en cada número deberemos tolerar con cierta compasión lo que la Brujita Ama Tista, nos envíe.
Desde la Ciudad Jardín, Viña del Mar, Chile, escribió
Maritza BarretoDesde la Ciudad Jardín, Viña del Mar, Chile, escribió
Para la revista Desdelbosque, noviembre del 2006
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